Hace unas semanas, recibimos en la recepción de Ficoba dos paquetes. El remitente figuraba escrito correctamente en el albarán así como la dirección de entrega, en este caso, Recinto Ferial de Gipuzkoa, Ficoba. Sin embargo, no se decía nada de para quien era ese paquete.
Durante esos días, se estaba celebrando en Ficoba una feria organizada por un agente externo y un pequeño congreso. Los paquetes, como supimos más tarde, iban dirigidos a la empresa que organizaba la feria y tenían que ser entregados el mismo día, ya que era material necesario para la realización de un taller.
Pero ocurrió que personal de la propia Fundación Ficoba también estaba esperando un envío de material de la misma empresa remitente, por lo que asumieron que esos paquetes eran para Fundación Ficoba en lugar de para la feria que estaba teniendo lugar.
Los organizadores de la feria llamaron a la empresa remitente para pedir explicaciones de por qué no se les había enviado el material. La empresa remitente llamó a Ficoba para pedir explicaciones de por qué no se había entregado el material, pero cuando tratamos de averiguar quien era el destinatario que figuraba en los paquetes…Oh, sorpresa, no figuraba por ningún lado.
Escribir las direcciones de los destinatarios de un paquete es algo totalmente necesario, pero aún lo es más escribir “A la atención de”. Y mucho más en un entorno como el nuestro, en el que personal ajeno a la empresa (expositores, montadores, proveedores, etc), recibe envíos y paquetes continuamente.
Durante esos días, se estaba celebrando en Ficoba una feria organizada por un agente externo y un pequeño congreso. Los paquetes, como supimos más tarde, iban dirigidos a la empresa que organizaba la feria y tenían que ser entregados el mismo día, ya que era material necesario para la realización de un taller.
Pero ocurrió que personal de la propia Fundación Ficoba también estaba esperando un envío de material de la misma empresa remitente, por lo que asumieron que esos paquetes eran para Fundación Ficoba en lugar de para la feria que estaba teniendo lugar.
Los organizadores de la feria llamaron a la empresa remitente para pedir explicaciones de por qué no se les había enviado el material. La empresa remitente llamó a Ficoba para pedir explicaciones de por qué no se había entregado el material, pero cuando tratamos de averiguar quien era el destinatario que figuraba en los paquetes…Oh, sorpresa, no figuraba por ningún lado.
Escribir las direcciones de los destinatarios de un paquete es algo totalmente necesario, pero aún lo es más escribir “A la atención de”. Y mucho más en un entorno como el nuestro, en el que personal ajeno a la empresa (expositores, montadores, proveedores, etc), recibe envíos y paquetes continuamente.

¡Qué verdad! Y pronto llega el montaje de Bioterra. Con 85-90 stands. Con transportistas que llegan diciendo "esto es para ficoba. ¿dónde lo dejo?". En ese momento Maialen y yo cogemos la lupa y comenzamos a escudriñar cada rincón del albarán en busca de algún teléfono que nos pueda dar una pista. A veces hacemos verdaderos ejercicios de CSI. Yo también voto por el "A LA ATENCION DE".
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ResponderEliminarMuy interesante reflexión. Me llama la atención cómo relatan la recepción de dos paquetes misteriosos en Ficoba con el remitente bien identificado, lo que añade un tono de expectación y profesionalismo al relato. Esa apertura —“A LA ATENCIÓN DE” — funciona muy bien para generar curiosidad y credibilidad al mismo tiempo.
ResponderEliminarAdemás, transmite con claridad la estructura organizativa de la entidad: hay recepción, procedimientos, seguimiento, lo que refuerza la transparencia institucional. Es un buen ejemplo de cómo compartir anécdotas del día a día puede humanizar una organización sin perder su profesionalidad.