miércoles, 26 de mayo de 2010

Las ferias acaban como empiezan.

La ferias acaban como empiezan. Es una frase lapidaria que solemos decirnos a las pocas horas de que empiece la feria de turno y tras comprobar el numero de visitantes. Si algún día creamos las Tablas de la Ley de las Ferias esa sería la primera ley, la segunda sería la de "no mentirás sobre el numero de visitantes". Pero ese, es otro tema...

Después de 6 ediciones de Bioterra no solamente podemos afirmar que hasta ahora se ha cumplido la "Ley", también que las personas somos muy predecibles.

A continuación os muestro las graficas correspondientes a la entrada de personas el fin de semana (sábado a la izquierda) a la feria Bioterra en estas últimas 6 ediciones. Lo primero que podréis observar es el destacado crecimiento en las ultimas dos ediciones y, lo segundo, que los visitantes acuden cada año de la misma manera a la feria : los sábados acuden más por la tarde, y los domingos más por la mañana. Y, en proporciones similares, siendo las 12 del mediodía y las 6 de la tarde las horas clave del evento.


Esto nos dota de información suficiente para adecuar ciertos recursos a la demanda esperada : azafatas, personal de seguridad, mantenimiento, climatización, etc.

Pero volviendo a la frase mágica del principio, y a modo de corolario, podríamos decir que : Las ferias acaban siempre como empiezan, si y solo si empiezan mal. O dicho de otra manera, empezar bien no siempre implica acabar bien, pero empezar mal… no hay margen de maniobra.

Bioterra goza de buena salud. Es una joven promesa de 6 añitos que año a año crece, sin pegar estirones bien es cierto, pero crece y se asienta sobre una base consolidad de expositores, actividades y conferencias y, cómo no, de fieles visitantes.

Este año, además, Bioterra ha conocido un despegue en su difusión por las redes sociales y blogs. Y eso es significativo de que Bioterra se ha ganado el mejor premio de su público : el de ser recomendado a otros.

1 comentario:

  1. Esta feria me parece muy interesante a la vez que una arriesgada apuesta. Zorionak!

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