¿Facebook? No gracias, prefiero Face to Face

Pues no, no estoy en facebook, y de momento no pienso estar. No hay nada que me llame realmente la atención. ¿Conectarme con amigos? ¿Saber dónde están viejos amigos o conocidos? Pues si no sé nada de ellos, por algo será. Y si quiero saber cómo están los que me importan, llamo, pregunto, y listo, sin que nadie esté escuchando, viendo, opinando o emitiendo juicios de valor sobre esa conversación.


Nunca me han gustado los cotilleos como pasatiempo ni he sido charlatana. Que sí, hombre, que hablar mal de la gente lo hago, pero no como introducción o guión de mis conversaciones con amigos; hay gente que a veces da tanto juego... je, je... es inevitable y hasta sano, pero un rato, hombre.

Recibo varias invitaciones de facebook, pero ya perdonaréis, no me interesan invitaciones online cuando ontime esas personas no te dicen ni hola, o les importas menos que las quejas de los usuarios a Telefonica.

Nunca he entendido tampoco a esas personas que hablan de su primera vez, o te cuentan cómo lo hacen con su pareja, dónde, a qué horas... ¿se puede saber a quién le importa esto? ¿De verdad piensa alguien que hablar abiertamente de sus experiencias sexuales equivale a ser una persona abierta, sin complejos? Si de verdad querían hacernos partícipes a todos de esas experiencias personales, acabábamos antes si lo hubieran hecho con público: se abre el telón, se bajan las bragas y todo el mundo aplaude para dar paso a la tertulia. Muy profesional.

No, no, ni me voy a hacer amigo del jefe en facebook, ni voy a pensar a quién puedo agregar para tener más “amigos” ni tengo intención de que sepan más de lo que yo quiero contar. Y es que uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que dice. Y esto ha sido así siempre, en la época de Sto Tomás de Aquino y en la de facebook.

See you on time